lunes, 4 de abril de 2011

Deseos




En solitarias noches de mercenario insomnio
vuelve el recuerdo de los viejos sueños
enmohecidos y vagos.

Pero son los tuyos
ya imposibles
-o tal vez cumplidos y satisfechos-
los que aletean en mi espalda
provocando un agradable cosquilleo
como hadas encantadas que me hacen dudar
si realmente estoy o no despierto.

Se me hace lava la nieve entre mis manos
se corrompen en mi vientre
los frutos del invierno...

Amanece y miro sorprendido
los matices púrpuras que me regala unos instantes
Alguien desde el cielo.

Es entonces cuando las hadas se espantan
y comienzo a notar el paso del tiempo

se hace la luz

o se instala la sombra, da igual,
que puede importarme eso
voy a buscarte, hasta el agotamiento
tal vez aparezcas, tal vez no

ahora todos los sueños
se han unido en único deseo

¿imposible?

quién puede saberlo
si hacerlo realidad va unido
a una eternidad de silencio.

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