sábado, 10 de abril de 2010

No, Gracias...



Hace unos días escuche en la tele que teólogos-científicos instalados en una estación con un telescopio de alto alcance, investigaban en el espacio exterior los fundamentos de la fe, vamos que "buscaban en el Universo, las respuestas a la fe que no encuentran aquí en la tierra"...

¡Menuda mamarrachada! ¡Qué con tanta hambre y miseria en este mundo se financie tan absurdo proyecto! Si la fe pudiera ser demostrada y probada científicamente, ya no sería Fe, sino puro conocimiento científico. ¿Han buscado esos "teólogos-científicos" la respuesta a sus dudas en este mundo, o más simple aún, dentro de ellos mismos?

Con la fe ocurre algo parecido a lo que nos viene sucediendo en los últimos dos siglos con la belleza, con el amor, en fin  con todo lo Bello y Eterno: LO ANHELAMOS, PERO NOS ATERRA!!!! Decimos que lo necesitamos, que lo buscamos incesantemente, que soñamos con todo lo bello y hermoso, pero cuando está delante de nuestras narices, nos asusta y damos la vuelta.
Vivimos sin duda una crisis de insensibilidad y egoísmo, porque aceptar el amor, implica también entregarse a él y a los humanos de hoy, nos asusta el compromiso.

Nos sentimos, cada vez más, solos, aislados e inconformes con nuestro destino, anhelamos tiempo libre para disfrutar de los seres queridos, deseamos de todo corazón ampliar nuestro círculo de amigos y enriquecernos con  nuevas experiencias, ciudades, culturas, lenguas, encontrar  ese "somebody to love", pero la sola idea de tener todo eso a la vista, nos provoca náuseas.

Nos da miedo mirar allí donde nuestra propia naturaleza sabe con certeza que puede encontrar las respuestas, vivimos aterrados de nuestra humanidad, y por eso volvemos la mirada a las estrellas, construimos mundos virtuales, preferimos una mascota electrónica, a un auténtico animal vivo, al que tendríamos que dedicar parte de nuestro tiempo y afecto, porque somos cada vez más mezquinos y egoístas, no terminamos de aprender que la humanidad, la belleza, el amor, son bienes eternos, infinitos imposibles de agotar, que cuanto más das de todo ello, más tendrás y más aún recibirás.

Nos motivan más las nuevas redes sociales o un chat, que una cálida e íntima velada con otro ser humano. En el cara a cara, el cruce de aromas y miradas está la auténtica comunicación, esa es la asignatura pendiente del hombre de hoy.

Menos nuevas tecnologías, telescopios y absurdos proyectos de investigación;  y más solidaridad y entrega. Solo lo auténticamente humano nos hará libres y felices, nos conducirá sin prisas a la Verdad. No tengáis Miedo!!!

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