Que semanas tan agotadoras, quién le iba a
contar esto a la Sma. Virgen, creo que le hubiera resultado más difícil de
creer que la mismísima Anunciación. No
soy un aficionado a las fiestas de finales de diciembre, ni tampoco me
considero un detractor, soy simplemente uno de los tantos que las ven pasar
atentos, y disfrutan de lo que se ofrece.
Este año ha sido realmente agotador, entre el
trabajo, no tengo la suerte de disponer de vacaciones en estas fechas, la
entrada por la puerta grande del invierno peninsular y sus bajas temperaturas,
las ingestas desmedidas de calorías, etc... A día de hoy -Día de Reyes- mí ya
maltrecho organismo se encuentra al límite.
Debe ser la
entrada en la cuarta década, prevista ya para este año, que sin duda alguna
define un antes y un después en nuestra existencia, ya no basta con
querer, hay que tener muy en cuenta
nuestra capacidad biológica que empieza a declinar.
No es una depresión post-festum, ni un tópico,
nos guste o no es una verdad como un pino, se acabó de lo de salir de fiesta
hasta las tantas y empalmar con la jornada laboral del día siguiente, y lo de "hoy sí, y mañana también" mejor ni planteárselo.
A partir de este meridiano las celebraciones
deben ser muy controladas, dosificadas e incluso preparadas, y no me refiero
sólo a lo de mirar con tiempo el sitio
dónde cenar o ir de cotillón, sino de la preparación física previa que nos
permita mantener un ritmo medianamente aceptable al de la media, eso u optar
por una vergonzosa retirada de la vida
pública y reducir nuestras festividades al sofá de casa y la compañía de
los payasos de turno de la TV.
Como para la retirada aún queda un trecho, y
lo de prever y planificar no ha sido nunca mi fuerte. Entro en el Nuevo Año con el firme y único propósito de vivir cada segundo con la máxima intensidad posible, al diablo la
cuarta década, los dolores de espaldas, las jornadas laborales continuas, que
les den... “Al César, lo que es del César” -solía repetir mi querido tío
José- que traducido a este contexto viene a ser: si lo que te gusta es la fiesta y la diversión, disfruta y deja el agua
-y lo que no es el agua-correr, que mañana "ya se verá" sino lo creéis, mirad las aves del bosque, los
peces de mar, las flores y árboles de la praderas, no ciegan, no siembran, no
cazan y sin embargo, no cuida de ellas
el Todopoderoso, ¿no renace la vida una
y otra vez en primavera?
Mientras tanto, este capullo se retorcerá de
gusto entre su trama de seda disfrutando a tope del frío invierno y sus penas
con la mirada puesta en la eterna primavera: ¡TODA LA LUZ, ALEGRÍA Y PAZ PARA TODOS EN ESTOS
RECIÉN ESTRENADOS 12 MESES!
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