miércoles, 6 de enero de 2010

Año Nuevo...


Que semanas tan agotadoras, quién le iba a contar esto a la Sma. Virgen, creo que le hubiera resultado más difícil de creer que la mismísima Anunciación. No soy un aficionado a las fiestas de finales de diciembre, ni tampoco me considero un detractor, soy simplemente uno de los tantos que las ven pasar atentos, y disfrutan de lo que se ofrece.

Este año ha sido realmente agotador, entre el trabajo, no tengo la suerte de disponer de vacaciones en estas fechas, la entrada por la puerta grande del invierno peninsular y sus bajas temperaturas, las ingestas desmedidas de calorías, etc... A día de hoy -Día de Reyes- mí ya maltrecho organismo se encuentra al límite.

Debe ser la entrada en la cuarta década, prevista ya para este año, que sin duda alguna define un antes y un después en  nuestra existencia, ya no basta con querer, hay que tener muy en cuenta  nuestra capacidad biológica que empieza a declinar.

No es una depresión post-festum, ni un tópico, nos guste o no es una verdad como un pino, se acabó de lo de salir de fiesta hasta las tantas y empalmar con la jornada laboral del día siguiente, y  lo de "hoy sí,  y mañana también" mejor ni planteárselo.

A partir de este meridiano las celebraciones deben ser muy controladas, dosificadas e incluso preparadas, y no me refiero sólo  a lo de mirar con tiempo el sitio dónde cenar o ir de cotillón, sino de la preparación física previa que nos permita mantener un ritmo medianamente aceptable al de la media, eso u optar por una vergonzosa retirada de la vida pública y reducir nuestras festividades al sofá de casa y la compañía de los payasos de turno de la TV.

Como para la retirada aún queda un trecho, y lo de prever y planificar no ha sido nunca mi fuerte. Entro en el  Nuevo Año con el firme  y único propósito de vivir cada segundo con la máxima intensidad posible, al diablo la cuarta década, los dolores de espaldas, las jornadas laborales continuas, que les den... “Al César, lo que es del César” -solía repetir mi querido tío José- que traducido a este contexto viene a ser: si lo que te gusta es la fiesta y la diversión, disfruta y deja el agua -y lo que no es el agua-correr, que mañana "ya se verá" sino lo creéis, mirad las aves del bosque, los peces de mar, las flores y árboles de la praderas, no ciegan, no siembran, no cazan y  sin embargo, no cuida de ellas el Todopoderoso, ¿no renace la vida una y otra vez en primavera?

Mientras tanto, este capullo se retorcerá de gusto entre su trama de seda disfrutando a tope del frío invierno y sus penas con la mirada puesta en la eterna primavera: ¡TODA  LA LUZ, ALEGRÍA Y PAZ PARA TODOS EN ESTOS RECIÉN ESTRENADOS 12 MESES!


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