Si, últimamente me aburro intelectual y
creativamente hablando, me siento atragantado de ideas y pensamientos que no
encuentro con quien compartir.
Es difícil dar con alguien que nos escuche realmente en estos tiempos, creo que de ahí el éxito de este tipo de medios, dónde tranquilamente nos expresamos y mostramos y saciamos en solitario esa humana necesidad de comunicación con el exterior, algo así como la masturbación pero con un sentido más espiritual que fisiológico.
Nos han hecho creer que para que la existencia tenga sentido, además de desparramar nuestra simiente en algún sitio fecundo, tenemos que conseguir que nuestra voz y nuestra mirada lleguen a ser recibidas por alguien -da igual quién o dónde- y debemos intentar a toda costa dejar una huella, al menos ciberespacial, si no puede ser de otra forma más tangible, de nuestro paso por este maravilloso planeta.
Lo dicho, que cuando me apetezca voy a pasar un rato soltando chorradas que quedaran, sabe Dios por cuánto tiempo, navegando por la red. Ya quisieran muchos sensatos que no han tenido la fuerza de voluntad de llegar hasta este párrafo, tener parte de la eternidad cibernética que disfrutaran estas insustanciales y sosas divagaciones metafísicas de solar.
No espero sentar cátedra, ni conseguir un club de fans, repito -por si alguien me lee- esto no es otra cosa que gimnasia mental, a ver si con un poco de actividad neuronal consigo bajar un poco el colesterol, que ya está bien.
Aclaremos, que me importan un pepinillo los comentarios, si llegara a haberlos –qué buenos están los agridulces que venden en el Mercadona, acabo con el bote en un par de días-, tan sólo intento dar forma a esas perturbaciones que sacuden mi existencia e impedir que mi firma en los recibos de pagos, sea la única cosa que recuerde escribir.
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