lunes, 20 de septiembre de 2010

Cantares del Viento



Es verdad que estoy triste, pero tengo
sembrada una sonrisa en el tomillo,
otra la escondí en Saturno
y he perdido la otra no sé dónde.


(Emilio Ballagas, Nocturno y elegía)


No fui yo
–quien con cálido y húmedo aliento–
vistió de primavera mi eterno invierno.

Fuiste tú la marea, el huracán, el fuego...
Yo sólo arena, palmera, leño.

Me creí con fuerzas,
atravesé el océano,
alcancé a ver la orilla.
Pero pronto se hizo noche,
cesó el canto de las olas,
me cubrieron el frío, la oscuridad, el silencio.

¡Ya no quiero mis alas!
¿De qué me sirve ya el cielo?
Si no puedo tenerte,
entonces...

¡Déjame ser el viento!



No hay comentarios:

Publicar un comentario